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Inflación de marzo de 2023: fue 7,7% y acumula 104,3% en 12 meses

En el primer trimestre, sumó 21,7%; los alimentos subieron un 9,3% en todo el país y casi 10% en el GBA; en el Gobierno culparon a los efectos de la sequía y la gripe aviar.

En un número que superó a las peores marcas registradas en los momentos de mayor incertidumbre política y económica del año pasado en medio de una fuerte corrida cambiaria, la inflación de marzo fue de 7,7% -el número más elevado desde abril 2002 (10,4%) y claro, de la era Fernández-, y volvió a acelerarse como consecuencia de fuertes alzas de precios estacionales y regulados, pero también por una inercia que no cede en la antesala de la campaña electoral.

El índice de inflación que calcula el Indec acumuló 21,7% en el primer trimestre del año y sumó 104,3% en doce meses. Se trata del peor número interanual desde septiembre de 1991. Esa medida prácticamente se duplicó frente al año pasado, cuando era 58%. En febrero, el IPC había sido de 6,6%, mientras que en enero había registrado un 6%. En marzo del año pasado, por la guerra en Europa del Este -desatada en febrero de 2022-, la suba de precios había sido de 6,7%.

La inflación núcleo -que no contempla subas de regulados ni estacionales- fue de 7,2%, por lo que mostró una desaceleración de cinco décimas en un mes. No obstante, sigue a un ritmo de 130% anualizado. El capítulo de alimentos y bebidas, el más sensible, mostró un fuerte alza de 9,3%, mayor al esperado por los analistas privados. En el Gran Buenos Aires, la región con mayor cantidad de pobres, el aumento fue de 9,7%. Los rubros que más se incrementaron en el mes fueron Educación (29,1%), Prendas de vestir y calzado (9,4%) y los ya mencionados alimentos.

En el Ministerio de Economía, el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein afirmó que “marzo presentó un dato de inflación sumamente elevado”. Mencionó luego el impacto de los precios estacionales y regulados, y culpó a la sequía y la gripe aviar. “Sumaron 2,1 puntos a la inflación de marzo”. Puso el foco en los precios de las frutas, verduras, la carne vacuna, el pollo y los huevos, que tuvieron con fuertes alzas. “Si consideramos la inflación núcleo y le restáramos la carne, la inflación habría sido de 6,5%”, estimó Rubisntein, que pronosticó un “descenso de de cierta magnitud” este mes.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA), conocido en el último Viernes Santo, estimaba un 7% para el mes pasado. Se quedó muy corto. Pronosticó una inflación de 110% a fin de este año.

La interanual es ya una proyección que prácticamente duplica además a la inflación estimada en el presupuesto elaborado por el equipo técnico del ministro de Economía, Sergio Massa, que llegaba a 60%, una meta ya imposible de cumplir. Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró sus perspectivas para la Argentina en 2023 y estimó un alza de 88%. Delante de la Argentina sólo aparecen, según el ránking elaborado por el Fondo, Venezuela y Zimbabwe.

La primera semana de abril no se demostró como un período fácil para que la inercia inflacionaria muestre un freno significativo. Sin embargo, por cuestiones estacionales, es probable que el IPC de ese mes sea menor al de marzo. No obstante, los datos que comenzaron a publicar las consultoras privadas son preocupantes. Durante la primera semana, de este mes, según FIEL, los precios subieron 3,1% (los alimentos, un 3,9%). EcoGo registró un alza en ese mismo período de 2% frente a la última semana de marzo. “Esto implica una aceleración del indicador, que se duplicó”, escribieron.

En la primera semana de abril, en el cálculo de C&T, los alimentos y bebidas subieron 4,4%, con fuerte aumento de verduras, pero también carnes y panificados. El IPC total de la primera semana contra la primera de marzo les dio 7,4%.

La mirada del Gobierno

Los focos sobre cómo enfrentar a la inflación en el Frente de Todos difieren entre los socios que componen la coalición. Massa se encuentra estos días en Washington buscando sumar dólares de organismos internacionales a las escuálidas reservas del Banco Central (BCRA) con el fin de estabilizar la brecha cambiaria y mantener el barco a flote, por lo menos durante la campaña electoral. Esta semana, además, comenzó a funcionar el dólar agro, que ya suma liquidaciones y engrosará la floja recaudación tributaría, pero que, a la vez, seguirá debilitando el patrimonio de la entidad que dirige Miguel Pesce e impulsará la emisión monetaria (un motor de la suba de precios) de manera más amplia -creen los economistas-, ya que incluye una importante variedad de productos “regionales” que ahora tendrán un dólar a $300.

Luego de conocido el dato se espera además que el BCRA defina si es necesario o no una nueva suba de tasas para mantenerlas en terreno positivo, uno de los compromisos asumidos por la entidad en el acuerdo con el Fondo.

El presidente Alberto Fernández, en cambio, participó de una cumbre antiinflación la semana pasada con los presidentes de México, Brasil, Chile Cuba, Bolivia, Colombia, Honduras, San Vicente y las Granadinas, y Belice. Allí expresó la disposición de la Argentina como proveedor “confiable” de alimentos de calidad, entre otras cosas. Difícil que algunos acepten la ayuda propuesta por el primer mandatario argentino. El Banco Mundial estimó en los últimos días que el país es el que muestra mayor inflación en alimentos (103%) detrás de El Líbano (261%) y Zimbabwe (137%).

La última vez que Cristina Kirchner habló sobre la inflación fue hace un mes, en Río Negro. Entonces, el avance interanual de la suba de precios apenas había superado los tres dígitos. Mencionó la cifra solo para criticar a Alberto Fernández y señalar que en sus gobiernos previos – aunque es la actual vice y quien eligió al actual Presidente- eso no ocurría.

La mirada de los expertos

“Se trata del tercer mes al hilo en aceleración, y alcanza el registro más alto desde abril de 2002, superando incluso la suba de 7,4% en la gestión de Martín Guzmán”, afirmó la economista de LCG Melisa Sala. “Este suele ser un mes en el que la estacionalidad juega en contra, por la incidencia, por ejemplo, del inicio escolar. En efecto, los valores estacionales fueron los que más subieron (+9,3%), seguidos por regulados (+8,3%). La inflación núcleo se sostuvo en 7,2% mensual que, de todas maneras, equivale a una suba anualizada del 130%”, completó su análisis la especialista.

“El dato de inflación de marzo preocupa por lo elevado, pero aún más preocupa la tendencia para abril. La aceleración de la tasa de inflación muestra que el fenómeno inflacionario ya tiene una dinámica propia que es difícil de revertir”, dijo y cerró: “Pero, más allá de los aumentos autorizados de cada mes, lo que preocupa es que no parece haber un factor puntual que esté empujando la inflación: las tarifas y el tipo de cambio corren todavía por detrás a los precios, la actividad no tiene un dinamismo para impulsar al alza a los precios, los salarios lejos están de ganar la carrera y los factores de oferta a nivel internacional están cediendo”.

“El dato de inflación de marzo es una noticia terriblemente negativa”, afirmó la economista de Abeceb, Soledad Pérez Duhalde, que dijo que, pese al fuerte impacto de regulados y estacionales, los precios en general “siguen volando y lanzados”. Sin embargo, también mencionó la leve baja de la inflación core.

“Hay rubros que no tienen nada que ver con la estacionalidad y siguen creciendo a ritmos elevadísimos”, aclaró, no obstante, la experta de Abeceb y luego clausuró: “La inflación está lanzada en la Argentina, y sin programa y sin anclas va a ser muy difícil quebrar esta tendencia. Va a bajar un poco en los próximos meses por un menor impacto de la carne, pero pone al Gobierno en una situación complicada. Va a ser muy difícil que los salarios le ganen a la inflación en un año que va a ser muy recesivo y con crecientes expectativas de devaluación”.

La economista de EcoGo Rocío Bisang también mencionó la suba de los regulados y el “brutal” aumento de los precios regulados. “Un tercer punto a destacar es la suba en alimentos, que apenas mostró una desaceleración de 0,4 puntos respecto al mes pasado”, dijo. “Si bien las subas fueron generalizadas, los productos frescos se destacaron. Las carnes en GBA marcaron un aumento del 11,1%. El pollo se subió cerca del 30%, producto de la ola de calor y la mayor demanda, que también impacto en el precio de los huevos, como sustituto luego de la suba del precio de la carne vacuna. Esta última continuó al alza y marcó una suba cercana al 10%, que se suma a las que ya había experimentado en febrero y confirma que la tendencia de aumentos por debajo de la inflación de 2022 llegó a su fin. El pescado también mostró un alza relevante en línea con lo esperable por las Pascuas. En cuanto a las frutas y verduras, destacaron productos como la naranja, el tomate y la lechuga, impactadas en su mayoría por las condiciones climáticas y el aumento en los fletes”.

“Lo que vemos es un escenario donde sin un plan que permita reorientar el rumbo de la economía, la inflación no tiene chances de bajar y entre más se dilate, más explosivo se vuelve el panorama en términos de precios”, estimó Bisang.

“Alimentos da 28% desde diciembre, cuando, con suerte, los salarios darán 20%”, dijo la economista de FIEL, Nuria Susmel. “Es el registro más alto en los últimos 20 años. No hay plan serio para controlar esto”, señaló. Y concluyó: “Solo con la primera semana de abril y suponiendo que los precios en las próximas semanas sean cero ya estás en más de 5%”.