Bolivia cerró un ciclo político de más de dos décadas dominado por el Movimiento Al Socialismo (MAS) al elegir a Rodrigo Paz Pereira como su nuevo presidente en una inédita segunda vuelta presidencial celebrada este domingo.

Con el 97% de los votos preliminares escrutados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se impuso con el 54,53% de los votos, frente al 45,47% obtenido por el expresidente Jorge «Tuto» Quiroga (Libre).
Rodrigo Paz y su vicepresidente electo, Edmand Lara, asumirán el cargo el próximo 8 de noviembre. El nuevo gobierno enfrentará el desafío de gestionar un país sumido en una profunda crisis económica, marcada por:
El presidente electo ha centrado su propuesta económica en la reducción del gasto fiscal, la redistribución del presupuesto en favor de las regiones y reformas tributarias, descartando acudir en primera instancia a organismos de financiamiento externo.
En su primer discurso, Rodrigo Paz hizo un llamado a la unidad y a la reconciliación de los bolivianos, asegurando que el país «vuelve a recuperar paso a paso su escenario internacional».
El candidato a vicepresidente, Edmand Lara, sentenció: «Se acabó la campaña política, hay que trabajar por Bolivia, la patria está primero».
Por su parte, Jorge Quiroga reconoció su derrota, felicitó al presidente electo y descartó indicios de fraude en la votación, cerrando la contienda de manera pacífica.
Analistas como Carlos Saavedra advierten que el nuevo gobierno deberá concentrarse en la «emergencia económica» y lidiar con un panorama político fragmentado, ya que ninguna fuerza política obtuvo la mayoría parlamentaria en la elección del 17 de agosto, lo que exigirá consensos para las reformas estructurales.