Se logró un acuerdo histórico en la ONU por la protección de los océanos

después de 20 años de negociaciones, los países del mundo por fin llegaron a un acuerdo para la protección de la biodiversidad en alta mar.

Entre el 20 de febrero y el 5 de marzo, el equipo de Greenpeace estuvo presente en Nueva York para participar de la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (IGC), con el objetivo de definir y acordar el primer Tratado Global por los Océanos. «Hoy por fín podemos decir que nuestro trabajo durante décadas junto a organizaciones medioambientales y miles de personas, dio resultado.»

El acuerdo de este Tratado mantiene vivo el objetivo 30×30: proteger el 30% de los océanos del mundo para 2030. Este proporciona una vía para crear zonas total o altamente protegidas en alta mar. Es un paso histórico y necesitamos que ahora los países ratifiquen el tratado, asegurando que éste se ponga en práctica de forma eficaz y equitativa, utilizando las nuevas herramientas que entrega para la protección de los océanos.

Alta mar, también llamada aguas internacionales, es el hábitat de especies y ecosistemas únicos, sustenta la pesca y absorbe las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero también es vulnerable a la creciente actividad humana, incluida la pesca industrial y, potencialmente, la minería de aguas profundas. También hay una creciente demanda de “recursos genéticos marinos”, materiales y secuencias genéticas de plantas y animales marinos de inmenso valor potencial para industrias como la farmacéutica, la química y la de los biocombustibles.

El llamado “tratado BBNJ” —que hace referencia a la biodiversidad fuera de las jurisdicciones nacionales— crea un marco para la conservación y el uso sostenible de la vida marina en alta mar. Desempeñará un papel crucial en el cumplimiento del compromiso 30×30 de proteger el 30% de los océanos y el 30% de la tierra del planeta de aquí a 2030, asumido por los países el año pasado en el Marco Mundial de la Biodiversidad de Montreal-Kunming.

El nuevo acuerdo “permitirá el tipo de supervisión e integración que necesitamos si queremos que los océanos sigan proporcionando los beneficios sociales, económicos y medioambientales que disfruta actualmente la humanidad”, declaró Jessica Battle, experta en política y gobernanza de los océanos mundiales de WWF.