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Preocupación del sector que nuclea a los gimnasios: propuestas para que se reabran

Por María Rita Figueira – Desde hace años la sociedad de Goya ha elegido con sistemática regularidad realizar actividad física en recintos deportivos. Llama la atención la cantidad de gente que acude a locales destinados a la práctica de gimnasia, entrenamiento y recreación, actualmente suspendidos por las razones de público conocimiento.

Aproximadamente, desde el 20 de marzo todos los gimnasios permanecen cerrados, por lo tanto diferentes gastos fijos que resultan elevados (Alquiler, impuestos, servicios, sueldos, etc) agudizan la situación de inquietud por parte de sus propietarios. Muchos de ellos tienen allí dedicación full time, sin percibir ingresos de otras actividades. El 93% alquila los locales, lo que implica hacerse cargo de una renta difícil de costear en medio del “parate” de su funcionamiento.

Luis Verón, un reconocido del rubro brindó detalles a un medio local de la situación actual y las propuestas a futuro.

Explica que han presentado cartas a las autoridades municipales y están en contacto permanente con Fernando López Torres, en su carácter de Director de Deportes. Es fluido el intercambio de ideas y propuestas para llegar a una solución que propicie la mejor manera de funcionamiento de los gimnasios. En este incesante acercamiento se elaboran protocolos para perfeccionar las maneras en que se podría desarrollar la actividad de los concurrentes y sus entrenadores. Se tiene en cuenta la cantidad de personas según el tamaño de cada recinto, el uso de alcohol o desinfectante, todos los elementos de seguridad e higiene, etc. Una modalidad obligada es el tema horario y turnos con el acatamiento exacto para una articulación adecuada. También la comunicación se realiza con los colegas de la ciudad de Corrientes y con la Cámara de Gimnasios de Argentina. En otras ciudades, justamente a raíz de la situación que se está viviendo, se empezaron a unir y tratan de conformar asociaciones o cámaras que aglutinen a las personas que se dedican a este rubro.

Tal como indica Verón, ya desde hace bastante tiempo, se ha probado con creces que realizar actividad física no es un lujo, ni mucho menos algo superficial. La gente lo necesita y está directamente ligado también con lo anímico y emocional.

Durante este período, titulares y profesores de los gimnasios han seguido en contacto con sus alumnos a través de redes sociales y plataformas virtuales, no sólo con clases y rutinas, también con tips para concientizar y fomentar la prevención. Básicamente, estas campañas también giran alrededor del cumplimiento a futuro de los nuevos protocolos que seguramente significarán modalidades distintas y más viables a la hora de acudir a los gimnasios.

Las clases virtuales han sido aceptadas de manera óptima por algunos y obviadas por otros, tal vez por falta de timing, conocimientos tecnológicos y miedo a ser hackeados o a dar datos personales.

Luis Verón brinda una interesante perspectiva respecto a la realización de la actividad física por parte de profesores, entrenadores o instructores y los sitúa como promotores de salud. Resultan estar capacitados para actuar como aliados de médicos y otros profesionales de la salud. Lo que ofrecen es un cambio de vida, cerca de lo saludable que comienza con el físico y culmina con un mejoramiento emparentado con lo espiritual.

Más allá de la dignidad y discreción mostrada por el entrevistado, es de suponer que, más allá de lo estrictamente financiero y económico, lo importante se da en que los alumnos habituales muestren empatía cuando se les pide colaboración para mantener la cuota, parte de ella, y guardar su lugar que, para muchos, es un necesario y beneficioso lugar de pertenencia.