Con nuevas medidas, se eliminan varios controles fiscales y se elevan los montos que deben reportarse, buscando simplificar trámites y promover la formalidad financiera.
El Ministerio de Economía y el organismo ARCA presentaron un plan para aliviar la “excesiva burocracia” en el control de los ahorros y gastos de los argentinos. A partir de ahora, consumos de hasta 10 millones de pesos y movimientos financieros menores a 50 millones quedarán fuera del alcance de los controles fiscales. Se eliminaron reportes obligatorios sobre compras con tarjeta, operaciones notariales, ventas de autos usados, pagos de expensas, y consumos de servicios públicos, entre otros. Además, los bancos ya no podrán exigir la declaración de impuestos nacionales para brindar servicios, y en caso de que lo hagan, los usuarios podrán reclamar a Defensa del Consumidor.
Los nuevos umbrales para informar movimientos financieros aumentan considerablemente: por ejemplo, transferencias y saldos bancarios solo se reportarán si superan decenas de millones de pesos. También se anunció un régimen simplificado del impuesto a las ganancias que reduce la carga administrativa para los contribuyentes, centrando el control en los ingresos y gastos deducibles, y dejando fuera el detalle de consumos personales o patrimoniales.
Complementariamente, el Banco Central impulsa un sistema de “finanzas abiertas” para que las personas puedan compartir su información financiera de forma segura y digital, facilitando trámites como la obtención de créditos sin trámites extensos. Estas medidas buscan hacer más simple el acceso y la gestión del dinero, fomentar la formalidad y proteger el ahorro de los argentinos.
Ejemplo para entender mejor:
Por ejemplo, Ana, que paga sus expensas mensuales y está pensando en vender su auto usado, ya no tendrá que preocuparse porque esas operaciones sean reportadas al Estado. Esto significa menos trámites y más privacidad para ella, sin que eso afecte la transparencia ni la seguridad del sistema financiero.