La sorpresiva ofensiva militar japonesa contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, en diciembre de 1941, no sólo conmocionó a toda Norteamérica, sino que disparó su participación directa en la Segunda Guerra Mundial. Las fábricas automotrices en Detroit, ya por entonces consolidado como el principal polo industrial, convocaron a miles de personas para trabajar en sus plantas y empezaron a producir equipamiento y vehículos militares de todo tipo.
La manufactura automotriz siempre ha sido un soporte clave en los principales conflictos de la historia. Con más de medio planeta de rodillas, ahora el coronavirus vuelve a demandar una colaboración extraordinaria, de todos. Tres gigantes americanos, General Motors, Ford y la innovadora Tesla, ya le ofrecieron al gobierno de los Estados Unidos sumar esfuerzos en el combate del coronavirus. Y dispusieron su capacidad productiva para fabricar equipamiento médico para los hospitales, en especial respiradores artificiales, instrumentos insuficientes para la demanda de internaciones que puede generar la pandemia en poco tiempo, tal cual ocurrió en China e Italia.
Mary Barra, directora ejecutiva de General Motors, fue quien propuso “una movilización parecida a la de la Segunda Guerra Mundial” y ofreció que la marca fabrique respiradores artificiales. “Tesla fabrica coches con sistemas de ventilación complejos y SpaceX cuenta con sistemas vitales para el espacio. No es difícil fabricar un respirador artificial, aunque no es un proceso inmediato. ¿En qué hospitales hay escasez ahora mismo?”. El hábil Elon Musk no tardó en exponer también a la tecnológica Tesla como colaboradora en la crisis sanitaria.
A ellos se unió Ford: “Como el mayor fabricante americano de coches y la empresa que emplea a más trabajadores, Ford está preparada para apoyar en aquello que pueda ser útil, incluyendo la posibilidad de fabricar respiradores artificiales y otro equipamiento”, anunció la compañía.
Si bien el presidente Donald Trump aún no intervino directamente en la industria automotriz las tres marcas coincidieron con su iniciativa horas después de que el gobierno británico les pidiera a compañías automotrices del Reino Unido una rápida colaboración para que en sus plantas se puedan fabricar elementos necesarios ante la contingencia sanitaria, sobre todo respiradores artificiales.
Ese pedido de Boris Johnson coincide con el cierre temporal y sistemático de la mayoría de las plantas automotrices de Europa, ante el temor de que la pandemia afecte a los trabajadores. En Gran Bretaña la administración comprometió a más de 60 fabricantes, entre los que se encuentran la americana Ford, la japonesa Honda y las locales Rolls-Royce, Jaguar-Land Rover y Vauxhall, aunque en este último caso interviene la francesa PSA, propietaria de la marca.
Por su parte, Donald Trump, que sostiene que “es un presidente en tiempos de guerra”, invocó el miércoles su autoridad de emergencia para coordinar a la industria con el fin de que combatir el coronavirus. El presidente estadounidense señaló que planea emplear la Ley de Producción de Defensa de 1950 para orientar la producción industrial y superar la escasez de mascarillas, respiradores y otros suministros para hospitales. Dicha ley, que se remonta a la Guerra de Corea, le otorga al mandatario una autoridad extraordinaria para obligar a las industrias a ampliar la producción y fabricar materiales vitales.
Los dos principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos, General Motors y Ford, han suspendido temporalmente su producción en ese país. Tesla, por su parte, disminuyó al mínimo las operaciones en su fábrica en la localidad californiana de Fremont. La empresa que dirige Elon Musk emplea allí a unas 10.000 personas, pero mientras dure el confinamiento (en principio hasta el próximo 7 de abril) sólo podrá ir a trabajar un cuarto de la plantilla.
El coronavirus interrumpe importantes operaciones de Tesla y General Motors en torno a sus vehículos eléctricos. GM está en plena reestructuración de su planta de Detroit para producir allí vehículos eléctricos y Tesla acaba de comenzar las entregas del Model Y hace pocos días. Ambos planes, como tantos otros alrededor del planeta, deberán esperar a que el hombre le gane esta batalla al coronavirus.