Bitcoin: entenderlo hoy es opcional, mañana será obligatorio

Como todas las revoluciones tecnológicas, al inicio su adopción es lenta. Quizá porque al principio la tecnología es engorrosas, difícil de entender y de usar para el público masivo.

Por Gonzalo Arzuaga.

Y las preguntas en el tiempo cambian. De «¿tenés email?» como novedad, evoluciona al fatídico «¡¿Qué?! ¡¿No tenés email?!» quedás desterrado a la edad de piedra, cavernícola. Lo mismo sucedió con tener celular, tener cuenta en Facebook, después en Instagram… y últimamente empezó a pasar con Bitcoin.

Pasa que cuando la adopción de esa tecnología pasa cierto umbral (hay quienes lo ubican en el 10% del total de la población, otros más cerca del 25%) ya se torna en algo indetenible. Como una bola de nieve que empezó a bajar, su velocidad se acelera dramáticamente.

Es una novedad

Todavía recuerdo el día que salió en el diario más grande del país la noticia que una pizzería tenía página web. Eso fue en 1997. Y tengo muy fresco en mi memoria cuando por lo menos durante 10 años había que explicar e intentar convencer con todas las fuerzas que una empresa o negocio a la calle podía aprovechar la oportunidad de tener presencia en la web a través de un sitio web.

Si ibas al cine a sala llena (¿100 personas?) eras el único que tenía email o página web en tu negocio. Hoy, imaginando una vida normal después de la cuarentena, serías el único que tiene Bitcoin en ese hipotético grupo de 100 personas llenando una sala de cine.

Lo mismo aplica para las empresas: es noticia cuando una empresa acepta que sus clientes paguen en Bitcoin y criptomonedas. Hasta que la rueda da la vuelta y empieza a ser noticia negativa no aceptarlo, no darle a sus clientes la opción de la libertad.

La potencia de una tecnología ampliamente superior hacen indetenible su avance, y es inútil resistirse, aunque natural en el ser humano. Podemos enumerar ejemplo tras ejemplo tras ejemplo de que eso sucede.

Un poco de historia

Hace 20 años atrás cuando alguien comenzaba un negocio lo primero que hacía era mandar a imprimir sus tarjetas personales y un brochure (tríptico se llamaba) en papel para darse a conocer y atraer clientes. Lo viví en carne propia, no me lo contó nadie.

Hoy, lo primero que piensa quien inicia un negocio es su presencia virtual: redes sociales, página web, página en Facebook, cómo atraer clientes por Google.

Para operar el negocio lo primero que se hacía 20 años atrás era ponerse un traje y llevando una carpeta de papeles, intentar suerte en un banco para que le abran una cuenta y poder empezar a enviar y recibir pagos.

Dentro de unos años la cuenta bancaria quizá quede como los brochures que había que imprimir antaño, ya no va a ser necesaria. Con una billetera de criptomonedas en cualquier celular, ya se podrá enviar y recibir pagos, y vía alguna tecnología intermediaria, convertir los pagos en monedas nacionales, a criptomonedas.

Suena descabellado, ciertamente. Si abrir una cuenta bancaria fue lo que se hizo siempre, cómo les van a cobrar a los clientes? En criptomonedas, el dinero que van a preferir usar sus clientes. Y los que paguen con tarjeta de crédito u otras opciones, el comerciante va a poder elegir recibir el dinero no en moneda nacional, sino en cripto, aunque el cliente haya usado pesos.

Esta vez va más lento

Todavía tengo muy fresco el recuerdo de contarle a alguien de que se trataba internet. Las tres ideas fuerza: Una red de computadoras para navegar páginas web, un email te permite escribir a alguien muy lejos y llega enseguida, y chatear con alguien instantáneamente (recuerdo al joven o desprevenido lector que eso era un gran avances, los teléfonos celulares recién aparecían en el mundo).

Hoy con las criptomonedas es muy parecido. Las tres ideas fuerza: es dinero descentralizado donde no necesitas un banco, no es emitido por ningún gobierno, es rápido y casi gratis transferir valor.

Pero, a diferencia de evangelizar en 1996 sobre Internet, en aquel momento no se perdía mucho si «no funciona». Perdías el acceso a tu email, no era grave porque nadie te escribía, o si te tomaba 1 hora conectarte via dial-up al proveedor de internet porque esta saturado, intentabas más tarde, o cancelabas la cuenta de 20 dólares que pagabas por mes.

En cambio hoy con las criptomonedas, la adopción es más lenta, simplemente porque hay dinero en juego. Y nadie quiere perder su dinero «probando» cosas nuevas. El costo del «no funciona» puede ser muy caro para la mayoría de los 500.000 argentinos (y 70 millones de personas alrededor del mundo) que ya tienen cripto.

Esa ralentización en la adopción posible hace que quienes quieran subirse para liderar, todavía tienen una chance.

De liderzago a supervivencia

Hoy estamos en la etapa de novedad que una pizzería acepte cobrar en Bitcoins. Hoy la empresa que acepta Bitcoins queda como vanguardista, la hace destacarse, especial, y por eso es noticia. En 5 años se va a tornar una cuestión de supervivencia, quienes no lo hagan correrán el riesgo de caer en las preferencias del público.

Quien entiende Bitcoin hoy tiene una ventaja competitiva muy grande, como empresa o como ahorrista que quiere invertir mejor sus ahorros.

Pero todavía hoy entender Bitcoin y las criptomonedas es opcional, porque sólo el 1% de la población participa de esa red. Pero cuando en los próximos años ese número crezca a 10% o más, ya dejará de ser opcional.